Nº Breve: 01/2023
Introducción
Durante el año 2020 se elaboró el primer informe de medidas de promoción del Tercer Sector Social de Euskadi, tal como obliga la Ley 6/2016, de 12 de mayo, del Tercer Sector Social de Euskadi. Ese primer informe permitió obtener una fotografía general de la diversidad y amplitud de la acción de promoción. A partir de su realización se ha identificado la necesidad de ahondar en diferentes aspectos surgidos en aquél a través de un informe monográfico.
En 2021 se procedió a la elaboración de la segunda edición de este informe que, con un carácter monográfico, se ha dedicado a realizar un primer acercamiento específico a la acción de promoción impulsada por el sector empresarial. Precisamente esta fue, entre otras, una de las cuestiones relevantes señaladas en el primer informe sobre las que realizar un examen más detallado.
La LTSSE subraya la importancia de la cooperación entre el sector empresarial y el TSSE y consagra el artículo 24 a la promoción, por parte de las administraciones públicas vascas, de la colaboración entre el sector empresarial y el Tercer Sector Social en el ámbito de la intervención social.
También la Estrategia de Promoción del Tercer Sector Social de Euskadi, recogiendo lo establecido en la ley, busca avanzar hacia un marco compartido por el TSSE y las empresas vascas, concretándose principalmente en la actuación 20, cuyo objetivo es la creación de un programa piloto de colaboración sector empresarial vasco-TSSE.
Teniendo en cuenta este marco, el informe ha pretendido conocer con mayor profundidad el papel específico del sector empresarial en el fortalecimiento de las organizaciones y redes del TSSE mediante la identificación y análisis de la acción de promoción impulsada por él.
Qué tipos de medidas se han identificado
El informe ha permitido identificar 913 medidas de promoción impulsadas en 2020 y 2021 por 601 empresas, fundaciones empresariales y organizaciones empresariales vascas o asentadas en nuestra comunidad autónoma, diversas en cuanto a su tamaño (72% PYMES, 28% grandes empresas), el territorio en el que se asienta o la actividad económica principal que desarrollan.
Como en el informe anterior, las medidas de promoción se han clasificado en 15 categorías diferentes que pretenden recoger y caracterizar todo el espectro posible de medidas de promoción, etc. Según esta clasificación, las medidas identificadas responden a diferentes fines y tienen diferente relevancia.
La acción de promoción empresarial se orienta principalmente a la financiación de la actividad y otros aspectos de las organizaciones y redes del Tercer Sector Social de Euskadi (741 de las 913 medidas de promoción identificadas), suponiendo por si sola el 81,34% del conjunto de medidas.
El resto de las medidas se reparte de forma desigual en las 6 categorías restantes, teniendo mayor incidencia las medidas que pretenden favorecer el equilibrio de funciones (7,35%), el fortalecimiento organizativo y de la gestión (4,06%) y la dotación de infraestructuras (3,95%), y un carácter más marginal las medidas vinculadas con el impulso del voluntariado y el asociacionismo, la cooperación intrasector y la colaboración con otros sectores, instituciones y movimientos sociales.
El informe de 2021 incluye también una tipificación de las medidas en función de los recursos que movilizan en favor de las entidades del TSSE. Se ha podido identificar este dato para 493 medidas (54%). Casi la mitad (265 medidas, 47,66%) son medidas que implican la movilización de recursos económicos para el desarrollo de iniciativas de las organizaciones y redes del tercer sector social destinatarias.
Otras 208 medidas (37,41%) suponen el ofrecimiento de servicios existentes o adaptados de forma específica y/o la movilización de recursos técnicos y/o materiales en favor del TSSE. Las medidas que implican la movilización de personas trabajadoras poniendo de forma voluntaria al servicio de las organizaciones y redes del tercer sector social suponen el 11,69% (65 medidas). Finalmente, 18 medidas (3,24%) involucran a personas o entidades ajenas a la propia empresa impulsora.
En qué territorio tienen efecto
Las medidas identificadas tienen efecto en todos los ámbitos territoriales, desde el provincial hasta el estatal o internacional. No obstante, las medidas que tienen efecto específico en alguno de los tres territorios históricos constituyen el 86,44% (Bizkaia: 36,1%; Araba: 28,29%; Gipuzkoa: 23,45%), sin que haya una correspondencia entre el peso demográfico de cada TT.HH. y la distribución de medidas en cada uno de ellos.
Por qué las impulsan
En las medidas en las que se ha podido conocer los motivos para su impulso (204 medidas), la acción de promoción empresarial surge principalmente (89,1% de los casos identificados) dentro de acciones programadas o planificadas por las propias empresas, normalmente dentro de programas de responsabilidad o sostenibilidad social. De forma marginal, aparecen otras motivaciones, como la iniciativa personal de personas empleadas en la empresa (5,2%) o por el acercamiento de las propias entidades del TSS destinatarias (3,5%).
A quién van dirigidas
195 entidades y redes del TSSE se benefician de forma directa de la acción de promoción impulsada por el sector empresarial en Euskadi. En otros muchos casos, la acción de promoción se dirige inespecíficamente a entidades y redes de muy diverso signo. Estas llevan a cabo su actividad en diferentes ámbitos, siendo el de los Servicios Sociales el que supone casi ¾ partes de la acción de promoción empresarial (71,8%), seguido, muy de lejos (11,4%) del Empleo. Le sigue Salud (6,3%), Cooperación internacional al desarrollo (5,1%), Social-transversal (3,6%), Tiempo Libre (0,8%) y Otros (0,5%).
La distribución por ámbitos de la acción de promoción identificada no se corresponde con la distribución de las organizaciones por ámbitos que se recoge en el Barómetro 2019.
La colaboración multiagente en el impulso de medidas de promoción
La mayor parte de las medidas identificadas surge por la iniciativa en solitario de las empresas implicadas, aunque un número significativo (29 medidas que suponen el 3,17%) se han impulsado en colaboración con otros agentes, en la mayoría de los casos otras empresas (colaboración intrasectorial). La colaboración con la administración pública o con el propio TSSE en el impulso de medidas de promoción es meramente testimonial.
Qué efecto ha tenido la pandemia en la acción de promoción empresarial
Casi la mitad de las medidas identificadas (453, 49,6%) se impulsaron en el año 2020. El 40,3% (368 medidas) han sido promovidas en 2020 y han tenido continuidad en 2021, y un 10,1% (92 medidas) se han impulsado específicamente en este último año. El alto porcentaje de medidas que se impulsaron en 2020 y tienen continuidad en 2021 y el modesto pero significativo porcentaje de medidas que se han impulsado por primera vez ese año, indican que, al menos con los datos obtenidos, la situación de emergencia sanitaria vivida en este periodo no parece ser un factor que haya determinado de forma sustantiva la capacidad de apoyo del sector empresarial al TSSE.
Factores clave para favorecer la colaboración entre empresas y tercer sector social de Euskadi
El informe incluye una reflexión en torno a la relación y la colaboración entre empresas y TSSE aportada por los agentes implicados, así como por la administración pública. La reflexión se centra en la identificación de las principales claves para avanzar en el impulso y refuerzo de la colaboración empresas-TSSE, agrupadas en torno a tres aspectos: condiciones que favorecen la colaboración, características que debe reunir y criterios que deben ser tomados en consideración para su impulso.
Sobre las condiciones favorecedoras de la colaboración, se destacan, entre otras, el conocimiento mutuo, para lo que es necesario la generación de espacios y foros de encuentro, y el reconocimiento entre ambos actores, para reconocer el papel que aporta cada uno y para superar prejuicios e ideas preconcebidas. Otros factores destacados que contribuyen a reforzar la relación entre empresas y TSSE son la visibilización de experiencias, buenas prácticas y metodologías de trabajo compartidas, de las que, una vez sistematizadas, se podrían transferir aprendizajes valiosos, o el establecimiento de marcos, valores y lenguajes compartidos. En este último caso, se señala que la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible puede constituir un marco de referencia común desde el que poder impulsar la colaboración.
Sobre las características que debe reunir la colaboración, entre las numerosas que se señalan, los agentes destacan que debe construirse sobre la base de una estrategia win to win (de interés y beneficiosa para ambas partes) que permita priorizar objetivos comunes. Asimismo, en el caso de las empresas, la colaboración debe estar integrada en la estrategia y en consonancia con sus valores. Este factor puede ser determinante para que se dé una colaboración estable con una entidad del tercer sector social. También, la colaboración debe darse fijando claramente sus prioridades y objetivos, identificando entre ambas partes ámbitos (igualdad, diversidad, salud…) donde pueden trabajar conjuntamente. Además, debe abordarse con un espíritu transformador y debe generar un impacto real, por lo que podría resultar fundamental forjar métodos y herramientas prácticas para medir el impacto mediante indicadores de resultados.
Finalmente, en relación con los criterios para el impulso, se señalan, entre otros, la necesidad de tomar como referencia marcos compartidos (Agenda 2030) y de disponer de una estrategia que estimule la colaboración, adecuándola a las diferentes sensibilidades y capacidades de las empresas. Asimismo, otros criterios clave pueden ser propiciar encuentros y visitas entre agentes de ambos sectores o realizar un mapeo de iniciativas que permitan cruzar las necesidades sociales detectadas por las organizaciones sociales con las empresas que estén en condiciones de colaborar para ofrecer una respuesta.