Autor/a: Observatorio Vasco del Tercer Sector Social
Nº Breve: 04/2020

Presentación

El pasado doce de mayo se presentaba en una reunión de la Mesa de Diálogo Social presidida por el lehendakari Iñigo Urkullu con motivo del Día del Tercer Sector Social en Euskadi, el estudio el impacto del COVID _19 en las organizaciones del Tercer Sector Social de Euskadi. En dicha reunión también estuvieron presentes la consejera de Empleo y Políticas Sociales del Gobierno vasco, Beatriz Artolazabal, una amplia representación de su equipo, así como una veintena representantes del Tercer Sector Social.

El estudio, llevado a cabo por el Observatorio Vasco del Tercer Sector Social ha sido una iniciativa de la Mesa de Diálogo Civil de Euskadi, el Departamento de Empleo y Políticas Sociales del Gobierno Vasco y Sareen Sarea. Su objetivo ha sido el poder disponer de una foto lo más certera posible sobre el impacto de la crisis del Covid-19 en el sector, que permita a sus organizaciones y redes, con apoyo del Gobierno Vasco y otras instituciones, desarrollar acciones para mitigar la incidencia actual y futura de sus consecuencias, tanto en las personas destinatarias, como en las organizaciones.

Ha sido una investigación realizada íntegramente a través de medios virtuales y en un tiempo reducido, de tres semanas desde su comienzo hasta la entrega, tratando de responder de una manera ágil ante un contexto de urgencia. Durante este tiempo se ha conseguido llegar a casi 200 organizaciones sociales, de distintos territorios, con actividades diversas, colectivos de personas destinatarias diferentes o distintas según su tamaño. Esta nutrida participación es muestra de la realidad diversa del TSSE y ha dado cuenta del nivel de interés en las organizaciones y redes del sector. Esta participación se desarrolló a través de una metodología basada en un cuestionario online, abierto del 9 al 18 de abril,  que recabó 184 respuestas válidas, cuatro grupos de discusión, con casi 30 organizaciones y redes y varias entrevistas, que nos aportaron sobre todo una visión más cualitativa sobre la realidad.

Queremos apuntar que el estudio recoge la situación de esas primeras semanas del confinamiento siendo una primera aproximación al impacto de la pandemia en el sector y recogiendo también una mirada prospectiva sobre qué consecuencias consideran las organizaciones que va a tener esta situación en los próximos meses. Creemos que, como en todos los sectores, los efectos de esta situación aún se están produciendo y continuarán en los próximos meses, sino años, por lo que va a ser necesario seguir manteniendo la mirada atenta para poder responder a las diversas situaciones que vayan surgiendo. Por ello está previsto que a este trabajo le siga al menos una segunda medición del impacto (posiblemente en septiembre). Un nuevo retrato, superada la situación de urgencia actual.

Cuáles han sido los principales impactos

La investigación pone el foco del impacto de la situación de pandemia en dos direcciones, las organizaciones y sus personas destinatarias, analizando cuatro ejes temáticos: el impacto de la crisis en las personas destinatarias, en los servicios o actividades de la organizaciones, en el personal voluntario y remunerado y en los recursos económicos de las entidades.

En cuanto al impacto en las personas destinatarias el estudio destaca en primer lugar, con un 68% de respuestas de las organizaciones, los problemas relacionados con el confinamiento (problemas psicológicos sobrevenidos o agravados, desatención, pérdida referentes). También resaltan los problemas asociados a la brecha digital 66% (falta de conexión, de recursos, de conocimientos para el acceso a herramientas y entornos digitales) y la falta de recursos económicos 64%. Junto con estas dificultades señalan otras como la soledad no deseada o la falta de redes de apoyo, la pérdida de empleo, el deterioro de la salud o el aumento de la pobreza, entre las situaciones que han caracterizado el contexto vital durante las fechas del confinamiento de las personas destinatarias de las organizaciones.

Ante esta coyuntura de gran dificultad el estudio resalta la gran capacidad de adaptación que tantas y tantas personas y colectivos que han demostrado ser capaces de sostener y sostenerse con grandes dosis de resiliencia y respondiendo de manera positiva. Destacar sobremanera el papel de las familias y redes naturales de apoyo que ha sido fundamental sobre todo en el acompañamiento, cuidado y asistencia en relación con los colectivos más vulnerables: personas mayores, dependientes, personas con discapacidad, enfermedad mental, infancia vulnerable…

Por el contrario se alerta sobre cierta invisibilización en el discurso público de determinados colectivos (personas con discapacidad, enfermedad mental, infancia vulnerable…) durante el confinamiento, mientras preocupa la estigmatización social de otros como ha podido ser el caso del colectivo de personas mayores, personas migrantes o comunidad gitana.

En relación con el impacto en servicios y actividades la investigación subraya cómo ocho de cada diez organizaciones se han visto obligadas a reorientar sus servicios o cancelar actividades. Durante este tiempo casi la mitad de las organizaciones han tenido que cerrar servicios mientras que un 38% han tenido que incorporar nuevos servicios o actividades para dar respuesta a las necesidades emergentes. La falta de material sanitario, como en otros ámbitos, ha sido un problema para la mitad de las organizaciones.

En relación con este eje de la investigación nos parece importante recalcar cómo el valor del carácter relacional de los servicios que se prestan desde las organizaciones se ha podido ver afectado durante la crisis, siendo también uno de los elementos más necesarios para poder responder a situaciones de gran necesidad de acompañamiento como las vividas. También es necesario destacar cómo esta crisis ha supuesto un “redescubrimiento” de la esencia del sector en relación con la importancia de la personalización (con la urgente y flexible adaptación de la atención a cada persona y contexto) y el poner a las personas en el centro (tratando de encontrar la mejor manera de configurar las organizaciones para generar una mejor respuesta a las necesidades de las personas).

En relación con la actividad y los servicios existe una gran preocupación por la viabilidad a futuro de los mismos a pesar de las necesidades crecientes en el contexto actual y sobre todo de la gran demostración que ha supuesto esta coyuntura en relación a su capacidad para adaptarse y reinventarse como organizaciones y como sector en general.

En cuanto al impacto en las personas voluntarias y remuneradas se destacaron, las dificultades de gestión de la actividad por el cambio sustancial en las condiciones laborales (teletrabajo, conciliación…), el aumento de los riesgos psicosociales (estrés, desastre emocional,…), los cambios en las condiciones de contratación, los riesgos sanitarios, las dificultades en la gestión del personal voluntario o los EREs o ERTESs que también han estado presentes desde las primeras semanas del confinamiento.

En este punto podemos reseñar que las personas profesionales han visto en su mayoría alterada su actividad laboral y han encarado el cambio con entrega y profesionalidad. También las personas voluntarias han visto afectada su participación constatando un gran compromiso e incluso un cierto fortalecimiento del tejido asociativo. Preocupan en este ámbito tanto las dificultades para el aprovisionamiento de material de seguridad, como sobre todo los riesgos psicosociales que las y los profesionales están enfrentando.

Finalmente en relación con el impacto en la financiación y los recursos económicos el estudio señala la incertidumbre respecto a futuro en el 63% de las organizaciones, junto con una disminución de fondos propios de más de un 10% en el 31% y un retraso en los pagos públicos y privados en el 25% de las mismas.

En este sentido reseñamos que la notoria incertidumbre implica el temor a la suspensión temporal o cancelación de contratos o convenios y en general el miedo a que “lo sanitario se coma a lo social” en un momento en el que las necesidades sociales van a ir claramente el aumento. Por ello se reclama un reconocimiento desde las instituciones de la especificidad del sector al igual que se está haciendo con otros sectores, que incluso están contando con ayudas específicas. Inquieta también la falta de liquidez por la forma de pago de contratos o subvenciones lo que está produciendo un aumento de las líneas de crédito y problemas de tesorería en no pocas organizaciones para hacer frente a las urgencias de esta coyuntura. Finalmente preocupan también a este respecto otras situaciones como: la dificultad de cumplir con los convenios laborales, las subidas salariales pactadas, el impacto que tendrán los gastos inesperados asumidos en la crisis o el descenso de la financiación privada.

Encuentro online

Podéis encontrar un mayor detalle tanto en los distintos contenidos del informe como en la conversación que mantuvimos el pasado día doce de junio con Lucía Merino, responsable de investigación del observatorio y con Mikel Barturen, coordinador de Sareen-Sarea, para analizar los principales resultados del estudio.

Para acceder a la conversación entrar a través del siguiente video:

Podéis descargar los diferentes contenidos del estudio a través de los siguientes enlaces: