Nº Breve: 03/2024
Hace pocas semanas publicamos en la web del Observatorio el Barómetro 2023 del Tercer Sector Social de Euskadi (TSSE), un informe ágil y manejable en el que, de manera sintética, se ofrece información relevante sobre las organizaciones y redes de iniciativa e intervención social de Euskadi. Los datos que se incluyen en el informe pretenden mostrar la caracterización de las organizaciones y redes que componen el TSSE que, surgidas de la libre iniciativa ciudadana, recogen e impulsan la solidaridad organizada y la participación social de la ciudadanía en general y, en particular, de personas, familias, grupos o comunidades afectadas por una situación, problema o necesidad de carácter social. En el desarrollo de su actividad, las organizaciones combinan la respuesta a las necesidades sociales a través de servicios, con la incidencia social, realizando mediante su actividad una contribución social fundamental. Tal y como señala la Ley 6/2016, de 12 de mayo, del Tercer Sector Social de Euskadi, las organizaciones canalizan un importante capital social, relacional y humano, y constituyen un activo fundamental de la sociedad vasca para configurarse como una sociedad justa, igualitaria, solidaria, cohesionada, participativa y democrática.
La elaboración del Libro Blanco, y el avance de datos que supone el Barómetro 2023 del TSSE, no hubiera sido posible sin la participación desinteresada de 438 organizaciones que han colaborado cumplimentando el cuestionario. A todas ellas nuestro más sincero agradecimiento.
A continuación, ofrecemos una síntesis de los datos más relevantes y algunas de las reflexiones más importantes que éstos suscitan. El documento completo puede verse aquí.
Las grandes cifras
Se estima que el TSSE está formado por 4.259 organizaciones (2.395 en Bizkaia, 1.231 en Gipuzkoa y 633 en Araba) lo que supone una tasa de 1,94 organizaciones por cada 1.000 habitantes de Euskadi. Estas organizaciones cuentan con aproximadamente 45.624 personas empleadas y canalizan la participación social de 168.291 personas voluntarias. En 2022 gestionaron un volumen económico de 2.045 millones de euros, equivalente al 2,4 % del PIB vasco.
¿Qué caracteriza a las organizaciones del Tercer Sector Social de Euskadi?
El 90,9 % de organizaciones son asociaciones, mientras que un 6,2 % son fundaciones y el 2,9 % restante tiene otra figura jurídica.
Aproximadamente un 31,7 % de organizaciones cuentan con la declaración de utilidad pública, que supone un reconocimiento social a su labor e implica que sus fines tienden a promover el interés general y su actividad no se dirige exclusivamente a beneficiar a sus personas asociadas.
El 46,4% de organizaciones son entidades constituidas directamente por las propias personas y/o familias destinatarias, lo cual da cuenta del vínculo estrecho y estable entre las organizaciones y las personas y colectivos destinatarios de su actividad.
Los ámbitos de actuación que concentran el mayor número de organizaciones son el social transversal y el de servicios sociales. En particular, el 37,5 % de las organizaciones se dedican principalmente a la promoción de derechos de grupos como personas mayores, inmigrantes y mujeres, entre otros. Asimismo, el 22,2 % de las organizaciones se enfoca en la prestación de servicios sociales.
Dentro TSSE, encontramos una amplia variedad de organizaciones, con distintos recorridos y experiencia. Aproximadamente el 36,2 % de las entidades que componen el sector tienen una trayectoria de 20 años o más, incluso alrededor del 2,0 % de ellas llevan activas 50 años o más.
Por otro lado, el sector también se nutre de organizaciones más recientes. Un 18,2 % de las organizaciones son relativamente jóvenes, con menos de 5 años de existencia, lo que evidencia el dinamismo y rejuvenecimiento constante del sector.
El 61,1 % de las organizaciones del TSSE cuenta con personas remuneradas en sus equipos de trabajo, mientras que el 38,9 % están compuestas íntegramente por personas voluntarias.
En cuanto al peso de las personas voluntarias en los equipos de trabajo, en un 85 % de las organizaciones el voluntariado tiene una presencia muy significativa ya que representa la mitad o más de las personas que componen la organización.
Dentro del TSSE, se observa que un 75,4 % de las organizaciones se consideran de tamaño pequeño o mediano, caracterizadas por tener un volumen de ingresos que no sobrepasa los 300.000€. De hecho, alrededor del 50 % de estas organizaciones administran un presupuesto que se sitúa por debajo de los 65.052€.
Por otro lado, las organizaciones grandes o muy grandes suponen el 24,6 % del TSSE. Es por ello por lo que puede observarse en el TSSE una convivencia de organizaciones que manejan volúmenes económicos muy distintos. Un 10,6 % de las organizaciones maneja presupuestos que superan el millón y medio de euros, mientras que los ingresos de un 20,6 % de las entidades del sector no alcanzan los 12.000€.
El 64,8 % de los ingresos de las organizaciones provienen de fuentes de financiación pública y el 35,2 % de financiación privada. La financiación propia del sector (donaciones, prestación de servicios y venta de productos) representa en torno al 26,6 %. La principal fuente de financiación de las organizaciones son las subvenciones públicas, que suponen el 29,5 % del total de ingresos de las organizaciones, seguido de los convenios públicos con un 24,1 % de los ingresos de las organizaciones.
El 65,8 % de las organizaciones pertenecen a una organización o iniciativa de segundo nivel (redes, federaciones, agrupaciones, plataformas…) lo cual da cuenta de la existencia de relación entre organizaciones afines, que comparten espacios de reflexión e información.
¿Qué actividad realizan las organizaciones del Tercer Sector Social de Euskadi?
En torno a 1 de cada 5 de organizaciones del TSSE atiende a personas en situación o riesgo de exclusión, el 15,2 % a personas con discapacidad, un 7,8 % a personas en situación de desprotección y, por último, un 3,9 % a personas en situación o riesgo de dependencia.
La actividad del resto, 52,1 % de las organizaciones, tiene como destinatarias principales a personas que enfrentan otras situaciones de vulnerabilidad o desigualdad, etc.
Si consideramos no solo el grupo principal al que se dirigen, sino a todas las personas que una misma organización puede atender, observamos que aproximadamente más de mitad de las organizaciones ofrecen sus servicios en diferente grado a mujeres y jóvenes. Además, el 47,2 % de las organizaciones se dedica a trabajar con la infancia, la adolescencia y las familias. También es notable la presencia de organizaciones que brindan apoyo a personas migrantes (40,7 %), personas mayores (38,9 %) y aquellas en situación o riesgo de pobreza (38,4 %).
8 de cada 10 organizaciones del TSSE combinan la provisión de servicios con otras actividades sociales relacionadas con la concienciación y la defensa de derechos. A través de la provisión de servicios, estas organizaciones responden a las necesidades sociales existentes y acercan recursos a las personas que los requieren, facilitando así su acceso a estos recursos. El resto de las organizaciones se dividen entre las que solo realizan otras funciones sociales vinculadas con la incidencia (15,7 %) y, en menor medida, las que solo prestan servicios (5,8 %).
Un 29,8 % de las organizaciones proveedoras de servicios prestan servicios incluidos en las carteras de servicios de responsabilidad pública (la mayoría, además, provee también otros servicios no incluidos en estas carteras). Por su parte, otro 70,2 % provee servicios no incluidos en las carteras de responsabilidad pública.
Más allá del servicio principal que provean, más de la mitad de las organizaciones consultadas provee servicios de ocio y tiempo libre (64,9 %) o de formación y educación (61,6 %). Cerca de 1 de cada 2 organizaciones prestan servicios de información y orientación (52,7 %) y un porcentaje algo menos realiza intervención socioeducativa (46,6 %), acompañamiento social (44,9 %), asesoramiento u orientación (44,9 %) e intervención psicosocial (40,9 %).
Con independencia de la actividad principal, una amplia mayoría de las entidades lleva a cabo acciones de sensibilización (86,4 %). 7 de cada 10 organizaciones realizan promoción del voluntariado, la ayuda mutua, la participación social y el asociacionismo. Y en torno 6 de cada 10 organizaciones realiza actividad de denuncia y promoción de derechos.
¿Cómo desarrollan su actividad las organizaciones del Tercer Sector Social de Euskadi? ¿Cuál es su funcionamiento?
Las organizaciones disponen de varias herramientas de gestión, como sistemas de evaluación, planes de igualdad, códigos éticos, entre otros, que contribuyen al eficiente funcionamiento de estas entidades. En algunos casos, aunque no es lo común, estas herramientas están formalizadas, mientras que en otras ocasiones se llevan a cabo a través de acciones más específicas. Los sistemas de evaluación y los planes de igualdad son ejemplos de las herramientas más estandarizadas en este contexto.
El 31,2% de las organizaciones tiene un código ético y otro 37,7 % de las entidades desarrollan acciones que guardan relación con el mismo, aunque no dispongan de uno por escrito. El 41,9 % de organizaciones cuenta con un sistema de evaluación de resultados o de impacto de los proyectos o actividades formalizado y otro 35,8 % desarrolla acciones relacionadas con ello.
Algo más de 7 de cada 10 organizaciones desarrolla acciones relacionadas con la igualdad entre hombres y mujeres y un 32,2 % cuenta con un Plan de Igualdad por escrito y formalizado. El 50,4 % de las entidades desarrolla acciones que guardan relación con la no discriminación. Las entidades que tienen por escrito y formalizado un protocolo de acoso alcanzan el 29,1 % y otro 22,7 % realiza acciones relacionadas.
El 31 % de las entidades desarrolla acciones que guardan relación con la transparencia y un 11,7 % tiene un Plan de Transparencia formalizado.
En el 85,2 % de las organizaciones las personas voluntarias participan de algún órgano o comisión de la organización en la que se toman decisiones. En un 16,3 % la mitad o más de las personas voluntarias participan y en un 23,9 % todas.
En el 38,3 % de las organizaciones con personal remunerado la mitad o más de este personal participa de algún órgano o comisión de la organización en la que se toman decisiones. En un 27,8 % de los casos en estas comisiones u órganos se involucra al total de la plantilla.
En torno al 91,2 % de las organizaciones hacen llegar habitual o regularmente a sus grupos de interés tanto la memoria anual de actividades de la entidad y el 88 % les comunica información sobre el estado de sus cuentas.
Además, el 79,7 % de las organizaciones hacen llegar a sus grupos de interés habitual o regularmente información sobre la misión y valores de la entidad y un 78,9 % información sobre la composición de sus órganos de gobierno. Aunque en menor medida, también es considerable el porcentaje de organizaciones que hacen llegar a sus grupos de interés información sobre el grado de cumplimiento de objetivos (66,9 %) y sobre el impacto de sus actuaciones (61,2 %). Es algo menos frecuente que las organizaciones hagan llegar información sobre las personas de la entidad (45,3 %).
Tendencias a las que prestar atención
En el informe del Barómetro 2023 se ofrecen en tablas los datos de distintos indicadores de los últimos datos disponibles, permitiendo un ejercicio comparativo que muestra cambios y tendencias en el TSSE. En los últimos años, el TSSE se ha visto desafiado por circunstancias que han requerido una adaptación a nuevas realidades. Impactos significativos han dejado su marca en los indicadores clave que permiten entender la caracterización y actividad de las organizaciones, y es previsible que continúen ejerciendo cierta influencia.
En los dos últimos años, el TSSE ha continuado experimentando cambios importantes, con la incorporación de aproximadamente 226 nuevas organizaciones al sector. Esto pone de manifiesto el crecimiento constante y sustancial del tejido social en la sociedad vasca. Asimismo, es importante señalar que alrededor de 84 organizaciones se han dado de baja o se han identificado como inactivas. En términos generales, estos datos resultan en un aumento neto de 142 organizaciones en comparación con 2021, con una ligera elevación en la tasa de organizaciones por cada 1,000 habitantes que se sitúa en 1,94 organizaciones actualmente.
Las grandes cifras estimadas sugieren un aumento significativo en el número total de personas que participan de manera remunerada y voluntaria en el TSSE. Además, después de la pandemia y tras un período de estancamiento, es fundamental resaltar que el volumen económico gestionado por las organizaciones del TSSE ha experimentado un aumento significativo en términos absolutos —333 millones de €—. Si bien es cierto que el volumen económico ha crecido considerablemente, se ha mantenido en términos relativos, es decir, el incremento en el volumen de ingresos no ha implicado una mayor contribución al PIB. Esto puede deberse a que, mientras el resto de los sectores sufrió una contracción notable en los años de pandemia, el TSSE logró mantener un volumen económico similar al de prepandemia, evitando el efecto rebote, y padeciendo los efectos de la pandemia en un medio y largo plazo.
La pandemia tuvo efectos notables en la actividad de las organizaciones. Así, el porcentaje de organizaciones que proveen servicios de ocio y tiempo libre o que realizan actividades de denuncia disminuyó significativamente entre 2019 y 2021. Sin embargo, una vez superada la crisis sanitaria, y recuperada la presencialidad de la actividad corriente de las organizaciones, ambos indicadores han regresado a porcentajes similares a los niveles previos a la pandemia evidenciando que se trataba de una situación coyuntural. Además, se observa un aumento significativo en el porcentaje de organizaciones que se dedican, al menos en parte, a atender las necesidades específicas de mujeres. La adaptabilidad de las organizaciones para responder a las cambiantes necesidades sociales, incluyendo las relacionadas con cuestiones de género, es esencial para el fortalecimiento y la relevancia continua del TSSE.
Por otro lado, cabe destacar el dato de organizaciones jóvenes con menos de 5 años de antigüedad representan a cerca de 1 de cada 5 organizaciones del TSSE, indicativo de la vitalidad de la iniciativa social para generar estructuras que vehiculicen la participación social.
El TSSE continúa siendo un sector altamente feminizado. Atendiendo a la tendencia de los últimos años, mientras que ha crecido el porcentaje de mujeres entre las personas remuneradas —hasta alcanzar cerca de 3 de cada 4 personas remuneradas—, se ha reducido en el porcentaje de mujeres voluntarias. Si bien en años anteriores se venía advirtiendo una tendencia hacia la feminización del voluntariado en las organizaciones del TSSE, todo parece indicar un cierto freno a esa tendencia.
Asimismo, se observa un aumento tanto en la cifra absoluta de personas remuneradas como en el porcentaje de organizaciones que cuentan con personal remunerado. Este incremento sugiere una tendencia hacia la progresiva profesionalización del TSSE, posiblemente en respuesta a la creciente complejidad de las tareas y la necesidad de perfiles especializados, indicando con ello el desafío que el TSSE tiene por delante para gestionar nuevos equilibrios en la composición de los equipos de trabajo.
En relación con el volumen económico, se ha registrado una leve disminución en el porcentaje de Pequeñas y Medianas Asociaciones (PYMAS), especialmente entre las más pequeñas, mientras que el peso de las organizaciones grandes y muy grandes ha aumentado en el TSSE. Además, se ha observado un aumento del 9% en el porcentaje de organizaciones con superávit, indicando una tendencia hacia cierto crecimiento económico en el TSSE. Sin embargo, este crecimiento no se refleja directamente en la contribución al PIB, posiblemente debido a factores contextuales adicionales que requieren un análisis más detallado.
En cuanto a las herramientas de gestión, se constata un aumento considerable en el porcentaje de organizaciones que llevan a cabo acciones vinculadas con la transparencia. Este incremento refleja los esfuerzos significativos de las organizaciones por comunicar abiertamente sus actividades, composición y recursos.
En lo que respecta a las organizaciones de segundo y tercer nivel, se ha registrado un aumento en el porcentaje de organizaciones que forman parte de una red, lo que sugiere un continuo avance en procesos de estructuración en el TSSE. Este incremento cobra relevancia al considerarlo en conjunto con el hecho de que alrededor del 20% de las organizaciones son jóvenes. Al encontrarse en etapas iniciales de su ciclo vital, las organizaciones jóvenes tienden a estar menos integradas en las redes. A pesar de esto, la vertebración del TSSE ha seguido avanzando.