Fecha: 08/06/2024
Fuente: Noticias de Alava
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Josu Urrutia Beristain, presidente de la coordinadora de ONGD de Euskadi, habla sobre sus misiones y retos de futuro para seguir ayudando

“En la Coordinadora de ONGD de Euskadi tenemos un claro compromiso con la construcción de un mundo más justo y sostenible, por lo que en la Junta de Gobierno buscamos movilizar a la sociedad y a las instituciones en ese objetivo. Un reto ilusionante que me animó a participar en este espacio”. Josu Urrutia Beristain habla sobre las ayudas alavesas y vascas a las personas más necesitadas.

Desde la Coordinadora de ONGD de Euskadi continúan haciendo distintas laborales y campañas para hacer un llamamiento a la solidaridad. En la actualidad, ¿cuántas ONGD hay en la Comunidad Autónoma Vasca y con qué objetivos?

–Nuestro ámbito de trabajo es la cooperación internacional, por lo que conocemos la realidad de las ONG de desarrollo en este sector. Se desconoce, por tanto, el número total de ONGD de desarrollo en Euskadi. La Coordinadora de HONG de Desarrollo de Euskadi agrupa a 83 organizaciones no gubernamentales vascas que trabajan en cooperación internacional. La mayoría de las HONG de desarrollo de Euskadi son socias de nuestro colectivo, por lo que podemos decir que representamos en gran medida a nuestro sector.

Año a año se crean nuevas organizaciones sin ánimo de lucro, ¿por qué es necesaria la existencia de tantas?

–Las ONG de desarrollo somos un reflejo de la sociedad. Por tanto, como nuestra sociedad es plural, diversa y llena de sensibilidades diversas, las ONG de desarrollo también deben serlo. Cada una de las organizaciones que forman parte de la Coordinadora de ONG de Desarrollo de Euskadi trabaja en diferentes lugares o países o áreas, cada una con carácter, vinculación o características propias, pero en nuestra Coordinadora se encuentran para trabajar conjuntamente en objetivos y/o retos importantes para todas las organizaciones, creyendo que podemos ser más fuertes y llegar más lejos. En nuestra red denunciamos que el actual modelo de desarrollo provoca pobreza, desigualdades e injusticias, destruye el medio ambiente y vulnera los derechos humanos en todo el mundo. Reivindicamos esto desde la convicción de que se puede cambiar el rumbo con voluntad política e implicación individual y colectiva. Además, nos gustaría poner sobre la mesa el valor propio de una sociedad civil organizada para construir una verdadera democracia participativa y, con ella, una sociedad mejor. Aquí y en todas partes, que es el modelo que nosotros ponemos en práctica, en la CAV y en cualquier territorio en el que trabajemos.

¿Cuáles son vuestros instrumentos de actuación?

–En el mundo en el que vivimos todo está interrelacionado y relacionado, donde los principales problemas y retos que tenemos por delante son globales. Por tanto, sus soluciones deben tener la misma dimensión. La cooperación internacional, la educación para la transformación social, la acción humanitaria, la promoción de la paz, la protección de los derechos humanos y la defensa de los derechos de las mujeres desde una perspectiva feminista son algunos de nuestros instrumentos de actuación para el desarrollo humano sostenible. La Coordinadora de ONGs de Desarrollo de Euskadi nació en 1988 de la mano de 11 entidades fundadoras y actualmente está integrada por 83 ONGD. Somos un reflejo del sector y representamos las propuestas, intereses y valores de las ONGD y de la sociedad ante las administraciones públicas, otras instituciones y la ciudadanía. En Euskadi muestran otras realidades del mundo, sensibilizan sobre las causas de las injusticias, denuncian la vulneración de los derechos humanos, hacen propuestas de cambio y presionan para que se tomen medidas.

¿Cuál es la función principal de la Coordinadora?

–Tenemos varios objetivos: promover una política vasca de cooperación al desarrollo de calidad, sólida, innovadora y estable en las instituciones públicas, privadas y ONGD asociadas; coordinar las actividades de las entidades socias para hacer más eficaces sus intervenciones a través de la colaboración, el diálogo y la acción mutua; apoyar a las ONGD en su trabajo, reforzar sus actuaciones y capacidades políticas y técnicas, y facilitar alianzas poniendo sus recursos al servicio del colectivo y viceversa; contribuir a la formación de una conciencia crítica que haga prevalecer la justicia global, los derechos humanos y la igualdad.

¿Somos más solidarios que antes?

–No hemos analizado sociológicamente cuál ha sido la evolución de Euskadi de las últimas décadas en cuanto al valor solidario, por lo que la respuesta será bastante perceptiva. Sin embargo, sí contamos con testimonios o percepciones de tantas personas y organizaciones que han pasado por nuestra Coordinadora a lo largo de los últimos 35 años, que plantean que nuestra comunidad ha sido muy solidaria y que sentimos como propios los dolores, necesidades, carencias o problemas de otros. En la década de 1990 nuestra sociedad salió a la calle a través de acampadas y manifestaciones para pedir a nuestras instituciones públicas que dedicaran el 0,7% de sus presupuestos a la solidaridad internacional. En buena medida, ese fue el germen de las políticas públicas de Euskadi que hoy tenemos, pero ya antes podemos encontrar signos de solidaridad internacional, como el trabajo realizado en países empobrecidos de varios misioneros de Euskadi. La evolución posterior ha sido muy importante, y para ello ha sido necesario el trabajo conjunto de las instituciones públicas y de las ONG de desarrollo para convertir las políticas de cooperación de Euskadi en un referente a nivel internacional, no sólo en cantidad de dinero destinado a cooperación internacional, sino también en enfoques innovadores, herramientas…

¿Cómo se consolida el Tercer Sector en tiempos tan inciertos?

–La aportación del Tercer Sector Social de Euskadi en el actual contexto mundial de inestabilidad consiste en cohesionar nuestra sociedad y reducir las brechas para que todas las personas tengamos los mismos derechos en todas partes. Para ello las instituciones públicas tienen algo que decir, porque ellas legislan y toman allí las principales decisiones. Así que hablamos con sus representantes para que den a conocer y tengan en cuenta nuestros puntos de vista. Por otro lado, el tercer sector tiene como objetivo provocar una reflexión en la sociedad, mostrar otras realidades para iniciar de cerca los cambios que queremos ver en el mundo, empezando por nuestro día a día, por ejemplo. Como ONGD de desarrollo y como gran parte de nuestro trabajo lo hacemos en países empobrecidos, intentamos señalar las causas y los actores de los problemas actuales, pero siempre aportando una visión internacional, para que nos demos cuenta de que vivimos en un único mundo y de que todo está interrelacionado. Por ejemplo, ¿Qué hay detrás de una camiseta de 3 euros producida en Bangladesh? Precariedad. ¿Y en la actualidad detrás de las condiciones de trabajo y vida de nuestro entorno (teniendo en cuenta las evidentes diferencias)?

Precariedad, también, supongo.

–Efectivamente. Si en nuestra sociedad reivindicamos la educación o la sanidad pública, ¿cómo vamos a negárselo a otros países más alejados? La emergencia climática es evidente en nuestra sociedad, tal y como observamos en los últimos años con los cambios de temperatura. Sus efectos son mucho más graves en otros países empobrecidos, pero paradójicamente no son los principales responsables de ello porque la mayoría de las emisiones de CO2 las emitimos países ricos. Otro ejemplo final: es una auténtica contradicción bombardear Siria y luego limitar el número de personas que pueden venir a Europa huyendo de la guerra.