Gipuzkoa ha dado hoy un nuevo paso en la transformación del sistema de cuidados con la presentación del ‘Nuevo Modelo de Apoyos y Cuidados’, una guía que marca la evolución hacia una forma de cuidar más humana, personalizada y comunitaria. En la rueda de prensa celebrada esta mañana han participado la diputada general, Eider Mendoza, y la diputada de Cuidados y Políticas Sociales, Maite Peña, junto a dos personas que están formando parte del proceso de transformación.
La diputada general, Eider Mendoza, ha recordado que Gipuzkoa cuenta con un sistema de protección social y de cuidados que ha sido “pionero y ejemplar”. “En los últimos años, estamos innovando sobre ese sistema. Municipio a municipio, servicio a servicio, estamos extendiendo en el conjunto del territorio el nuevo modelo de cuidados de Gipuzkoa, más personalizado, más innovador y más conectado con la comunidad. A través de esta guía, vamos a dar un salto en ese proceso”, ha afirmado, siempre con la mira puesta en mejorar “el bienestar integral de las personas mayores” que viven en las residencias.
Según ha añadido, no se trata solamente de modificar los espacios de los centros residenciales, sino de ofrecer a las personas residentes “unos cuidados más personalizados, más humanos, más abiertos a la comunidad”, que permitan a las y los usuarios “sentirse como en casa”, así como ser “más partícipes” en la forma en la que quieren vivir y ser cuidados. “Somos vanguardia y queremos seguir siendo vanguardia en los cuidados. Para que hoy y manaña, todas las personas que lo necesiten tengan garantizados unos cuidados de calidad, que garanticen su bienestar integral en todos los momentos de la vida”.
Un modelo que acompaña proyectos de vida
La Diputación Foral de Gipuzkoa, actualmente, está llevando a cabo la transformación arquitectónica de 27 centros guipuzcoanos para adaptarlos a este nuevo enfoque; además, ya han comenzado las obras de tres nuevos centros de referencia: Adinberri en Pasaia, Arbes en Irun y Errezabal en Elgoibar. No obstante, la transformación del modelo de cuidados no se limita únicamente a un cambio arquitectónico o a la mejora de las infraestructuras: está ligado a una nueva manera de cuidar, a la calidad de los cuidados y de las relaciones.
Definido en el Libro Verde de la Diputación, el modelo centrado en la persona se está aplicando de manera gradual ya en 34 centros. Esta nueva guía permitirá ahora, que el nuevo modelo de cuidados, el asistencial, escale a todos los centros, llegue a todo el territorio.
Este nuevo modelo refleja un cambio profundo en la manera de entender los cuidados, que deja atrás la mirada asistencial tradicional para situar a las personas en el centro. Se trata de pasar de un sistema que organiza servicios en torno a estructuras, a otro que acompaña proyectos de vida, reconociendo los derechos, las decisiones y los vínculos de cada persona.
Durante la presentación, Maite Peña ha subrayado que Gipuzkoa está avanzando hacia un modelo de cuidados que pone el acento en la dignidad, la participación y la personalización: “No se trata solo de cuidar, sino de acompañar, de escuchar, de respetar los ritmos y las preferencias de cada persona. Cuidar bien es también reconocer la historia y los deseos de quienes necesitan apoyos”, ha afirmado.
Este modelo, añade la diputada, se inspira en los derechos humanos y en la convicción de que todas las personas, con independencia de su edad o situación, deben poder decidir sobre su vida y mantener su conexión con la comunidad. Además, continúa, supone también una transformación técnica y cultural, que afecta a la manera de trabajar de los equipos profesionales, al diseño de los espacios y a la organización de los servicios. La idea de fondo es clara: los cuidados no se miden solo en atenciones, sino en bienestar, autonomía y sentido vital.
La diputada de Cuidados y Políticas Sociales ha explicado que el proceso que hoy se presenta es fruto de varios años de trabajo conjunto entre la Diputación Foral de Gipuzkoa, la red de centros residenciales, las entidades del tercer sector, las familias, las personas cuidadoras y las propias personas usuarias: “todo ello dentro de una estrategia compartida que sitúa la personalización de los apoyos y la participación comunitaria como ejes del futuro de los servicios sociales del territorio”.
En palabras de Peña, “Gipuzkoa quiere ser un territorio que cuida desde la dignidad, donde cada persona pueda decidir cómo quiere vivir y ser acompañada. Estamos construyendo un modelo basado en la confianza, la colaboración y la responsabilidad compartida. Un modelo que entiende los cuidados como una tarea colectiva y como un reflejo de los valores de nuestra sociedad”.
Una guía que orienta la transformación
La puesta en marcha del modelo está acompañada de una guía práctica que recoge los principios y orientaciones para todos los centros y servicios del territorio, con el fin de avanzar hacia un modo de cuidar que garantice la calidad, el buen trato y los vínculos con el entorno comunitario.
El plan para hacerlo realidad se desplegará durante los próximos meses con un calendario de trabajo que incluye presentaciones comarcales en todos los centros residenciales y centros de día del territorio, la difusión de materiales informativos dirigidos a personas usuarias, familias y profesionales, y un proceso de evaluación progresiva que combinará autoevaluaciones internas con valoraciones externas. En 2026, todos los centros contarán con un primer diagnóstico y una hoja de ruta propia para avanzar hacia este nuevo modelo.
La guía recoge de forma sencilla y práctica los valores y comportamientos que se quieren fomentar en el día a día del cuidado. “Habla, por ejemplo, de cómo favorecer la participación real de las personas en las decisiones que les afectan, de cómo adaptar los espacios para garantizar intimidad y confort, de cómo promover relaciones de confianza entre profesionales y residentes, o de cómo acompañar los proyectos de vida de cada persona más allá de la rutina asistencial. Incluye también ejemplos de buenas prácticas y orientaciones para que cada equipo pueda reflexionar y avanzar a su propio ritmo, siempre con la persona en el centro” ha concluido Maite Peña.
Cinco pilares clave
El Departamento de Cuidados y Políticas Sociales ha impulsado este cambio para garantizar que todas las personas que reciben apoyos disfruten de una atención de calidad, basada en el buen trato, el respeto a sus derechos y la posibilidad de mantener el máximo control sobre sus vidas.
Este nuevo modelo común se fundamenta en una visión compartida que reconoce la dignidad, la capacidad de decisión y el papel activo de las personas en la comunidad. Para hacerlo posible, la Diputación ha trabajado junto a entidades, profesionales y personas cuidadas en la definición de un marco común de referencia que oriente el diseño, la gestión y la evaluación de los centros y servicios del territorio. Este marco se apoya en cinco principios clave —derechos y dignidad, conocimiento y reconocimiento, participación, bienestar y seguridad, e inclusión en la comunidad— y se concreta en 20 estándares que sirven como guía práctica para las y los profesionales y como garantía para las personas usuarias.
Los estándares están redactados en primera persona, con el propósito de acercar el modelo a la vida real y facilitar un cambio de mirada: “Nada sobre mí, sin mí”. De este modo, cada persona puede reconocer en ellos lo que debe esperar de los cuidados que recibe: un trato respetuoso y cercano, apoyos adaptados a su identidad y sus deseos, la posibilidad de participar en las decisiones que le afectan, entornos seguros y acogedores, y una vida conectada con su comunidad y sus relaciones significativas”.
Personalización el eje vertebrador
No obstante, la personalización constituye el eje vertebrador del nuevo enfoque, orientando la atención a la historia de vida, las rutinas, preferencias y circunstancias de cada persona. Para ello, se incorporan herramientas como la figura profesional de referencia, el ‘Plan de Atención Individualizada’ (PAI), las historias de vida, actividades adaptadas y entornos físicos amables y accesibles.
Además, subrayar que, como parte de esta estrategia, la Diputación ha impulsado una ‘Red de Aprendizaje entre residencias’ para compartir buenas prácticas en ámbitos como la alimentación, la actividad física o la innovación arquitectónica. Asimismo, se promueve la ‘formación continua’ dirigida tanto a profesionales como a familias, con el fin de consolidar la cultura del cuidado centrado en la persona.






