Según el informe “Jóvenes y ONG: Los retos de la colaboración entre las ONG y la juventud”, elaborado por el Instituto de Innovación Social de Esade y la Fundación PwC, tres de cada cuatro jóvenes españoles quieren implicarse en causas sociales o medioambientales. Sin embargo, solo un 41% colabora activamente con alguna organización del Tercer Sector. El estudio llama a repensar la relación entre las ONG y las nuevas generaciones para construir un liderazgo social más inclusivo e innovador.
La juventud española muestra una alta sensibilidad hacia los grandes desafíos sociales y ambientales, pero su participación real en organizaciones no gubernamentales sigue siendo limitada. Así lo revela el informe “Jóvenes y ONG: Los retos de la colaboración entre las ONG y la juventud”, publicado en el marco de la 17ª edición del Programa Esade-PwC de Liderazgo Social.
El estudio —basado en entrevistas a profesionales del sector y en una encuesta a jóvenes de entre 16 y 35 años— indica que el 75% de los jóvenes desea implicarse en causas colectivas, porcentaje que asciende al 90% si se incluye a quienes ya colaboran con el Tercer Sector. No obstante, la participación efectiva sigue siendo reducida: solo un 41% ha colaborado directamente con una ONG mediante donaciones, voluntariado o movimientos juveniles.
Durante la presentación del informe en Madrid, Ignasi Carreras, director del Programa Esade-PwC de Liderazgo Social, subrayó que las nuevas generaciones “quieren ser parte activa del cambio, no meras espectadoras”, y que las ONG deben “repensar sus formas de relación, abrir espacios de cocreación y trabajar junto a la juventud para renovar el liderazgo social y fortalecer la confianza en el sector”.
Por su parte, Ana Peláez, presidenta de la Fundación PwC, destacó que este escenario supone “un reto y una oportunidad histórica para el Tercer Sector”. Según explicó, los jóvenes demandan más transparencia, impacto medible y entornos reales de participación, además de aportar competencias digitales, capacidad innovadora y una visión fresca que puede fortalecer a las organizaciones sociales. En la misma línea, Marta Colomina, directora general de la Fundación PwC, señaló que “el contexto económico y social ha cambiado profundamente” y que el Tercer Sector debe “replantearse cómo trabajar con las nuevas generaciones si quiere construir soluciones sostenibles a largo plazo”.
Jóvenes con valores, pero con barreras de participación
El informe evidencia que más de la mitad (55%) de los jóvenes considera esencial que su trabajo o estudios estén alineados con sus valores, aunque dos de cada tres aseguran no disponer del tiempo o los recursos necesarios para implicarse más.
Las formas de participación más comunes son las actividades solidarias en su entorno cercano (27%) y el voluntariado puntual (22%). Además, solo un 47% afirma tener en cuenta la justicia social o el impacto ambiental en sus decisiones de consumo y estilo de vida, lo que revela una brecha entre las aspiraciones y la acción cotidiana.
Las principales preocupaciones juveniles son la salud física y mental (62%), el acceso a la vivienda (61%) y el empleo (55%), temas que, según el estudio, deberían incorporarse más en las agendas de las ONG para reforzar su conexión con las inquietudes reales de la juventud.
Confianza y expectativas
La confianza media en las ONG es de 5,4 sobre 10, aunque sube hasta 6,6 entre quienes tienen contacto directo con el sector. Los jóvenes asocian las organizaciones principalmente con valores como la solidaridad (65%) y la colaboración (47%), pero apenas con la innovación (10%) o el empoderamiento (4%), lo que sugiere la necesidad de actualizar la narrativa del Tercer Sector.
Entre las barreras más señaladas para implicarse destacan la falta de información, tiempo y confianza. Para superarlas, los jóvenes piden más presencia en redes sociales (82%), participación en espacios juveniles (48%) y actividades de proximidad (39%), además de poder contribuir con sus propias habilidades digitales, comunicativas e innovadoras.
Hacia un Tercer Sector más inclusivo
Desde la perspectiva de las propias organizaciones, el desafío es evidente: aunque el 95% de las ONG trabaja en temas relacionados con juventud, solo el 46% lo hace como prioridad central. Además, la representación juvenil en los equipos directivos y órganos de gobierno es aún escasa, según reconoce el 73% y 76% de las entidades respectivamente.
El informe concluye que la juventud tiene valores sólidos y una clara voluntad de contribuir al cambio, pero el reto es construir puentes reales de participación y liderazgo compartido. Para ello, propone avanzar hacia un Tercer Sector más inclusivo, innovador y conectado con el futuro, donde los jóvenes sean reconocidos no solo como voluntarios, sino como agentes de transformación social.
*** Puedes acceder al informe completo aquí






