Fecha: 14/10/2024
Fuente: COPE
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El próximo recuento de personas sin hogar en Euskadi, que se llevará a cabo de manera simultánea en 28 localidades, arrojará datos actualizados sobre una realidad cada vez más compleja. El recuento servirá para la realización de un nuevo estudio sobre la exclusion residencial en la CAPV y se realiza simultáneamente en esos 28 municipios cada dos años desde 2012.

El trabajo sirve para conocer la fotografía exacta en el momento de la realización, cuantas personas están en situación de sinhogarismo y sus características y lo impulsa el Gobierno Vasco que encarga a los ayuntamientos su realización, y éstos lo llevan a cabo gracias a la ayuda de diferentes organizaciones no gubernamentales como La Asociación Claretiana de Inclusión Social y Laboral Sortarazi, que trabaja en Bilbao, Getxo, Leioa y Erandio y ha sido la elegida por los ayuntamientos de Getxo, Leioa y Erandio para llevar a cabo el recuento en esos municipios.

Las asociaciones que trabajan en la calle alertan de un aumento significativo del número de personas que viven en situación de sinhogarismo, especialmente entre los jóvenes inmigrantes.

Jóvenes inmigrantes: los más vulnerables

“El perfil de las personas que encontramos ha ido cambiando”, afirma Itxaso Urcelay, coordinadora de la asociación Sortarazi, “Hay muchos jóvenes inmigrantes que llegan a nuestro país buscando una oportunidad y se encuentran con una realidad muy dura: dificultad para acceder al mercado laboral, falta de vivienda y, en muchos casos, una red social muy reducida”.

La precariedad laboral, un factor clave

La precariedad laboral y la falta de acceso a una vivienda asequible son algunos de los principales factores que están empujando a cada vez más personas a la calle. “Cualquiera de nosotros puede verse en esta situación por circunstancias de la vida”, advierte Urcelay. “La pérdida del trabajo, un divorcio o una enfermedad pueden llevar a alguien a la ruina y, en última instancia, a la calle“.

Los datos del último recuento, realizado en 2022, ya revelaban un aumento del 53% respecto a 2020. En aquella ocasión, se contabilizaron 658 personas sin hogar, de las cuales el 78% eran de origen extranjero. Para este año, las asociaciones prevén cifras aún mayores.

Aumentan los asentamientos en la calle

“La saturación de los recursos asistenciales es evidente”, asegura Urcelay. “Los albergues y comedores sociales están desbordados, y muchas personas se ven obligadas a buscar refugio en la calle”. Esta situación se agrava por la creciente presencia de asentamientos, donde grupos de personas sin hogar se organizan para buscar seguridad y compañía.

El voluntariado, fundamental para conocer la realidad

El voluntariado juega un papel fundamental en estos recuentos. Muchas personas se ofrecen cada dos años para salir a la calle y conocer de primera mano la realidad de quienes viven sin hogar. “Acercarse a estas personas es fácil“, afirma Urcelay. “Lo importante es hacerlo con respeto y empatía, dándoles la oportunidad de contar su historia“.