Fecha: 28/06/2022
Fuente: El Correo
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En los años 80 no era raro encontrarse jeringuillas usadas tiradas en los jardines, jóvenes físicamente destrozados deambulando por las calles y familias devastadas por la heroína. En este contexto nació hace ya 35 años la Fundación Jeiki en Vitoria, que adoptó la metodología de Proyecto Hombre, para tratar de ayudar a estas personas a superar sus adicciones. Los tiempos han cambiado, la palabra ‘yonki’ ya no forma parte de nuestro vocabulario cotidiano, pero las drogas duras siguen ahí. La cocaína y el alcohol e incluso las nuevas tecnologías han desplazado a la heroína y Jeiki continúa siendo un referente para quienes tratan de dejar atrás una dependencia que les asfixia, para sus seres queridos, para los jóvenes que empiezan a flirtear con sustancias peligrosas y necesitan información y para profesionales que dirigen las terapias.

Desde su fundación en 1987, la fundación ha ayudado a nada menos que a 2.625 alaveses a superar sus adicciones. Al mismo tiempo ha respaldado a sus familias. En conjunto de una u otra manera son más de 26.000 personas las que han encontrado algún tipo de respuesta en una iniciativa surgida al amparo de la Diócesis de Vitoria. Proyecto Hombre celebra este año su aniversario y el fin de semana reunió en un acto interno a un centenar de usuarios, familias, voluntarios y trabajadores. Les acompañaron el presidente, Marcos Rad; el delegado de Cáritas, Javier Querejazu; el vicario general de la Diócesis, Carlos García y Maite Sebal y Ramón Ibeas, de Cáritas.

Al margen de los cambios sociales, la pandemia ha obligado a Jeiki a hacer una «seria reflexión», sostiene su gerente, Javier Mariño. La conclusión es que «sigue siendo un recurso necesario y referente en el tratamiento de las adicciones en el territorio». «La incertidumbre y las limitaciones experimentadas por la crisis sanitaria han servido de estímulo para seguir atendiendo a las personas que sufren una adicción, a sus familias y a los adolescentes y jóvenes que necesitan apoyo por adicciones, problemas en la escuela, intrafamiliares o de salud mental», resume.

A Jeiki acuden hoy en busca de terapia usuarios con una media de 36,8 años. Ocho de cada diez son varones. La mayoría son alaveses, aunque atienden también a vecinos del Alto Deba y Miranda. El 40% acude por motu propio y el resto derivados de otros servicios sociosanitarios. Nueve de cada diez llegan para dejar de depender de las drogas, sobre todo por consumo de cocaína y alcohol, seguido de cannabis y speed. Y un 13%, jóvenes casi todos, tiene dependencia de tipo comportamental ligada a los juegos o a las nuevas tecnologías.