Fecha: 16/02/2021
Fuente: Xarxanet
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Existen múltiples fórmulas para captar fondos y poner en marcha un proyecto sin ánimo de lucro. La continuidad de las iniciativas dependen en gran parte de la elección de las fuentes de financiación y, en concreto, uno de los consejos más populares del mundo de la economía es la apuesta por la diversificación de estas fuentes.

Este recurso recoge una serie de motivos por los que las entidades sin ánimo de lucro deben cumplir con esta premisa.

MEJORA LA SOLVENCIA

La conveniencia de la política de diversificar las fuentes de financiación se explica a través del peligro que supone obtener todos los recursos a través de una única fuente. Si aquella fuente proveedora falla, como ya ha pasado en anteriores casos con quiebras de bancos, la entidad se quedará sin dinero y le será imposible continuar con su proyecto.

En cambio, si el dinero se coloca en diferentes lugares, la entidad podrá continuar con su actividad aunque no reciba dinero de uno de sus proveedores/as. En definitiva, la diversificación ayuda a las organizaciones a tener un sistema de financiación más sólido y mejorar su solvencia, que no se verá afectada si alguna de las vías de financiación les falla. Así se explica en el estudio Nuevas formas de financiación asociativo, publicado por Torre Jussana.

TERMINA CON LA DEPENDENCIA A LAS SUBVENCIONES PÚBLICAS

Las entidades, si suelen depender de alguna fuente de financiación, es de la pública. Tomás Ruiz, responsable financiero de la Fundación Viver de Bell Lloc, considera que aún hay demasiados entidades que dependen de subvenciones. «Las subvenciones no cubren los gastos de administración y estructura de una entidad, por lo tanto, es necesario que haya unos fondos propios, ya sea de los socios, a través de donaciones de la ciudadanía o de ingresos derivados de actividades económicas de la entidad «, propone Ruiz.

«En el orden de priorización de las fuentes de financiación, pondría en el último lugar las subvenciones. Muchas entidades, sin embargo, lo ponen en primer lugar porque es una de las fuentes más accesibles. El problema es que las subvenciones pueden cubrir gastos durante un año o un poco más, y luego vuelves a estar en el punto inicial «, apunta Ruiz, que considera que las subvenciones deberían ser complementarias.

PERMITE ELEGIR LAS FUENTES MÁS ADECUADAS

Otro de los motivos a favor de la diversificación es que permite a las entidades elegir las fuentes que más se adaptan a sus necesidades. La entidad tiene que escoger la que más le convenga en cada momento, en función del servicio o la actividad que impulse y de las exigencias de las fuentes de financiación. La diversificación, por tanto, también permite poner orden y priorizar las diferentes fuentes con las que se quiere contar.

Eso sí, para que la combinación funcione, es necesario que la entidad cuente con personal experto en financiación, capaz de enfocar la estrategia financiera de la manera más adecuada para cada entidad. Es por ello que las organizaciones cada vez más apuestan por la figura del experto o experta en captación de fondos.

«Hay entidades que están haciendo una apuesta muy grande para ampliar el personal tanto de captación de fondos como de comunicación, y les está saliendo muy bien», asegura Ruiz, poniendo como ejemplo la asociación Esclat, una entidad que trabaja para la calidad de vida de las personas con parálisis cerebral.

SE AMPLÍAN LAS OPORTUNIDADES Y LAS SINERGIAS

Cuanto más se diversifican las fuentes de financiación, más se amplía el tipo de público interesado en financiar nuestras actividades y el tipo de ayuda que se puede recibir. Es decir, la variedad de fuentes de financiación enriquece la entidad. Las campañas de micromecenazgo, por ejemplo, permiten llegar a personas que por ninguna otra vía se habrían involucrado en la financiación de una entidad.

Por su parte, el voluntariado es otra fuente de financiación. Aunque los voluntarios y voluntarias no aporten dinero a la entidad, colaboran dando su tiempo, un aspecto igual de valioso para la ejecución de las actividades de las organizaciones.

La captación de fondos permite por un lado recolectar dinero para la entidad y, por otro, crear y reforzar alianzas con otras organizaciones afines. «Es una manera de integrarte en tu comunidad y de impulsar proyectos ‘win-win’ con otras entidades, con proveedores/as, clientes …», explica Ruiz.

«Por ello potenciar la comunicación de las entidades es básico para que la entidad esté presente y sea conocida. Al final, todo está interrelacionado y está basado en relaciones humanas y emocionales, al igual que el voluntariado «, constata el experto en financiación de entidades no lucrativas.

DISMINUYE LA DEPENDENCIA CON LOS BANCOS

Según un estudio publicado en la revista Nexe, el 67,2% de las empresas de economía social trabajan solo con uno o dos bancos, dato que pone de manifiesto la dependencia financiera. Las entidades financieras no están dispuestas a asumir riesgos en proyectos innovadores y en pequeñas entidades por falta de garantías, así que uno de los motivos clave para diversificar las fuentes de financiación es acabar con la dependencia con los bancos.

La reestructuración del sistema financiero, con un panorama que cada vez cuenta con menos entidades bancarias, dificulta la diversificación financiera para las entidades. A esto se le suman los obstáculos que tienen las entidades del tercer sector para recibir créditos. Las organizaciones sin ánimo de lucro son un sector de riesgo para los bancos y es por eso que a veces es complicado recibir financiación de entidades bancarias.

Viendo la dificultad que presenta esta vía, las entidades deben optar por potenciar otros. Por ejemplo, la vía de la captación de fondos o la de las emisiones de participación social, que permiten que las personas que quieran invertir en los proyectos de una entidad aporten dinero como si fueran una especie de accionistas.