Fecha: 24/06/2022
Fuente: Soziable
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La edición 2022 del Barómetro de Entidades No Lucrativas, elaborado por Fundación Lealtad en colaboración con Fundación Deloitte y la Asociación Española de Fundraising, analiza en profundidad el talento y los retos para su gestión en las organizaciones del Tercer Sector.

El Barómetro se ha elaborado a partir de la información de 133 entidades no lucrativas 268 panelistas que participaron de la edición del Barómetro de Empresas en enero de 2022. Entre los datos arrojados por el estudio destaca que, al igual que en las entidades privadas, las organizaciones no lucrativas cuentan con un gran volumen de trabajadores altamente cualificados.

Así, el 86% de las entidades consideran que sus profesionales cuentan con las competencias necesarias para el desarrollo de sus funciones. Personas que, gracias a sus conocimientos y especialización, incluso en el ámbito de las nuevas tecnologías, están aportando un gran valor no solo a sus propias entidades, sino a toda la sociedad.

Los ingresos del Tercer Sector representan un 1,4% del PIB

El Tercer Sector emplea a más de medio millón de personas. Su volumen de ingresos, procedentes de subvenciones y ayudas públicas y de donaciones privadas, se calcula que representa el 1,4% del PIB. Sus necesidades de gestión son las mismas que las de cualquier empresa: de recursos humanos, de marketing y comunicación, de proyectos, de gobernanza o de planificación financiera, entre otras.

Un rasgo que comparten la mayoría de las asociaciones y fundaciones es la voluntad de aplicar el ingenio y la capacidad de optimizar al máximo los recursos disponibles para lograr mejorar la vida del mayor número posible de personas. En este punto, contar con profesionales bien formados, cualificados y altamente motivados resulta fundamental.

Elevada presencia femenina

Además de contar con equipos cualificados, el 97% de las entidades ofrece cursos de actualización. La formación es clave para seguir perfeccionando sus competencias y que puedan asumir nuevos retos profesionales.

El Tercer Sector tiene una elevada presencia femenina. El 65% de los puestos de dirección están ostentados por mujeres, y también el 70% de las plantillas en general. En los patronatos y juntas directivas la presencia femenina es del 48%, una paridad que no existe en el entorno empresarial.

Dificultad para captar y retener talento

El Barómetro constata la existencia de una profunda brecha salarial entre las entidades no lucrativas y el sector privado. Esto sin duda dificulta la captación y retención de talento. Dos de cada tres ONG reconocen que les cuesta encontrar nuevos profesionales cualificados. Por ello, la mitad de ellas recurren a la formación interna para capacitar a sus empleados en el desempeño de nuevas funciones.

Los perfiles más demandados por las organizaciones no lucrativas son los dedicados a la captación de fondos y la gestión de subvenciones. Pero también, y cada vez más, necesitan talento especializado en competencias digitalesexpertos en datos y medición de impacto, en estrategia de negocio y en legislación.

Sin duda, el Tercer Sector es una alternativa laboral a tener en cuenta para las nuevas generaciones de jóvenes que buscan un empleo con un incentivo motivacional, pero se hace imprescindible que mejoren las condiciones económicas de los puestos ofertados. Son necesarios jóvenes preparados y motivados, capaces de fortalecer a estas organizaciones para que sigan avanzando y mejorando en su desempeño.

Empresas y ONG, una alianza reforzada

Por otro lado, las entidades no lucrativas se han ido acercando cada vez más al sector privado, también por una voluntad de buscar un propósito que dé sentido a su actividad. Las empresas, cada vez más, tienen entre sus objetivos la generación de impacto social y para ello necesitan aliados estratégicos que les ayuden a dar forma a sus estrategias de acción social.

La colaboración entre empresas y ONG se produce de diferentes maneras. Se retroalimentan y se dan soporte mutuo a través de alianzas que se traducen en objetivos compartidos y en una aportación más sólida y valiosa a la sociedad. En este camino, han surgido también nuevos perfiles profesionales en el Tercer Sector, encargados de gestionar estas alianzas.