Fecha: 09/07/2020
Fuente: Cadena SER
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Combatir la brecha digital de los colectivos sociales más vulnerables para favorecer su integración en la sociedad de la era post Covid-19 deberá ser el cometido en común de las instituciones y las asociaciones a partir de ahora. Esta es la reflexión principal extraída del diálogo “Cómo intervenir en la distancia, impacto en las personas destinatarias y modelos de atención” a cargo de la Fundación EDE que ha tenido lugar esta mañana.

La conversación, que se ha desarrollado telemáticamente, ha contado con la participación de Igor Marcos, Responsable de Promoción e Intermediación con Empresas de la Fundación EDE; con la de Marta Senz, de Zabaltzen-SARTU (asociación volcada en la inclusión y Desarrollo Comunitario); con la presencia de Amaia Lasheras, coordinadora de Arrats Elkartea (centrada en el acompañamiento, sensibilización e intervención para con personas en situación de exclusión), y Silvia Urquijo, miembro de la CEAR Euskadi (organismo autonómico de la Comisión Española de Ayuda al Refugiado).

Los participantes han comenzado la sesión explicando cómo ha afectado la pandemia y el confinamiento a los colectivos a los que atienden. Refugiados, prostitutas, inmigrantes y personas sin techo, se han visto, explican, doblemente afectados por el aislamiento, por la repentina pérdida de empleo y por la incertidumbre ante su futuro.

“La mayoría de las personas a las que atendemos están en una situación crítica por tener perfiles precarios y trabajar en la economía sumergida, por lo que no tienen acceso a ayudas económicas o ingresos de cualquier tipo”, ha señalado Marta Senz, de Zabaltzen-SARTU. “La pandemia nos ha mostrado que los números en prostitución eran mucho más grandes de los esperados o los registrados“, ha expresado Amaia Lasheras, de Arrats Elkartea.

Igualmente, la situación de los refugiados tampoco ha sido sencilla en unos meses en los que la gestión administrativa se ha visto gravemente dificultada. “Con el cierre de oficinas no se han podido renovar los permisos de trabajo; los refugiados se han visto aislados, en muchos casos sin ayuda con el idioma; además, se han suspendido muchos cursos a los que atendían, y en otros casos no los han podido seguir por carecer de recursos tecnológicos en sus hogares”, ha explicado Silvia Urquijo, de CEAR Euskadi.

Después de esta panorámica general de realidades, aciertos y errores de cada una de las asociaciones a la hora de atender las necesidades de sus usuarios, la charla se ha volcado en cómo fortalecer sus servicios y atender a partir de ahora a estos colectivos. El consenso ha sido claro en dos puntos. En primer lugar, en la necesidad de que se trabaje de forma coordinada y sólida entre las asociaciones y las instituciones públicas. En segundo lugar, en el apoyo a la erradicación de la brecha digital entre los colectivos sociales más vulnerables, para que estos puedan seguir comunicándose entre ellos y con las asociaciones, recibiendo información, formación y orientación laboral de cara a insertarse en la sociedad.

“Debemos mantener un vínculo constante con los usuarios, atenderles en todo lo que puedan, y para ello es necesario aportar nuevos servicios de apoyo. Por ejemplo, si una persona tiene una salud frágil, proporcionarle un móvil para que siga formándose de forma no presencial en esos cursos, o para que siga gestionando los trámites que necesite”, ha comentado Marta Senz.

Postura compartida también por CEAR Euskadi, que promover facilitar la atención en un sistema mixto presencial-a distancia. Para ello, elaborarán un Canal de YouTube en el que subirán tutoriales de ayuda para realizar trámites burocráticos o procedimientos informáticos y crearán espacios para obtener feedback de las personas atendidas. “Se trata de darles voz, que ellos nos guíen. De contar con las personas para trabajar con ellas”, ha comunicado Urquijo.

Arrats Elkartea también ha subrayado la necesidad de nutrir de tecnologías de la comunicación a los colectivos a los que atiende. “Una parte de la gente a la que atendemos no tiene teléfono. Esto de las nuevas tecnologías y de las nuevas formas de comunicar está bien, pero estamos dejando a una parte de la población fuera”, explicaba Amaia Lasheras.

La necesidad de combinar a partir de ahora una asistencia física personalizada con más recursos y personal y un seguimiento telemático constante de estos sectores son otros retos señalados en la cita. El próximo Diálogo de la Fundación EDE tendrá lugar el próximo 17 de septiembre y se centrará en aspectos más concretos del mercado laboral, como en qué sectores habrá oportunidades de empleo para estos usuarios.