Fecha: 16/06/2021
Fuente: Cadena SER
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En la situación socioeconómica actual, la Cadena SER en Euskadi, ha querido testar cuántas familias se han beneficiado de unas ayudas que ya el año pasado ayudó a más de 13.000 personas golpeadas por la situación pandémica, además de a otras 63.000 que percibieron las Ayudas de Emergencia Social y que fueron complementadas por la misma razón.

En nuestro especial ‘Hoy por Hoy Euskadi’, los responsables de los ocho programas que forman parte de ‘Inor Atzean Utzi Gabe’ han reivindicado la necesidad de mantener su actividad.

De hecho, cuatro de sus ocho programas ya han sido prorrogados, los dos últimos, Azken Sarea que apoya a familias sin recursos, y Lehen Urratsa orientado a personas sin hogar, aunque el coordinador de Sareen Sare, Mikel Barturen, ha asegurado en los micrófonos de la SER que mañana van a mantener una reunión con el Gobierno Vasco y que espera que puedan acordar la prórroga para todos los proyectos.

Y es que el coordinador de Sareen Sarea, Mikel Barturen, ha destacado “la necesidad de coordinar las ayudas que desde el principio se destinaron para personas sin recursos azotadas, más si cabe, por el impacto de la COVID”. Barturen ha recordado que “desde un principio hubo un golpe de solidaridad enorme, tanto que llegó a ser peligroso por el riesgo que se corría por la posible transmisión del virus”, ha señalado. “Todo eso había que controlarlo y coodinarlo”.

Y es que cada uno de los responsables de los ocho programas han dejado claro que su labor no ha terminado, como mucho se ha modificado. Por ejemplo, desde Satevi, Mercedes ha relatado cómo las llamadas que reciben de víctimas de violencia machista ya no reflejan las situaciones de urgencia extrema del confinamiento, pero ahora buscan orientación para saber de qué recursos disponen. Para Mercedes, trabajadora social que atiende a víctimas de maltrato “lo más importante es que somos un espacio de desahogo, verbalizar lo que les pasa, ponerle nombre y apoyar emocionalmente”

También Elene Berezibar desde Betirako, que ofrece apoyo a familiares de fallecidos por COVID, insiste en que atienden ahora las peticiones de auda de personas cuyo familiar falleció hace meses, han atendido a 680 personas desde que se inició la pandemia, de ellos más de 200 durante este 2021. Personas con una edad media de 52 años, aunque el servicio ha atendido hasta ahora desde adolescentes hasta personas mayores. Y es que Elene Berizibar asegura que “el dolor no tiene edad, todos en algún momento lo tenemos que afrontar. Sobre todo escuchamos. Creamos un espacio donde puedan expresar sus emociones. Todos los duelos son diferentes”

Y en ADI, que ofrece apoyo psicológico por la pandemia, su responsable Ana Agirre, nos ha confirmado que se han detectado incluso nuevas patologías, lo que en psicología denominan estrés postraumático. 511 personas fueron atendidas el año pasado y unas 200 han requerido este servicio en lo que llevamos de 2021.

En la atención de las personas mayores, Iñigo Mijangos, de BetiON ha puesto en valor programas que permiten dar mayor autonomía para vivir el mayor tiempo posible en tu domicilio y con garantías, “es lo que busca este programa, dar mayor autonomía y da tranquilidad a sus familiares si pasara algo”

El tercer programa es Azken Sarea Indartzen, la última red para dar cobertura a las necesidades básicas de personas y familias con falta de recursos y que están fuera del acceso a las Ayudas de Emergencia Social o de la Renta de Garantía de Ingresos. En este caso, el año pasado se repartieron prestaciones entre 7.621 familias.

Además están los programas Erdu, que ayudó a 832 personas con problemas de adicciones, Marta Fernández ha señalado que “el programa nace como puente para que las personas accedan al sistema sociosanitario, muchas de ellas personas con problemas de adicciones y situación irregular”. Fernández ha insistido en que “sigue habiendo muchas personas necesitadas y hay que seguir atendiéndolas”.

También se ha abordado el programa ‘Lehen Urratsa’, de acompañamiento a personas sin hogar que fueron acogidas en refugios, casi 700, dejando al descubierto realidades desconocidas hasta entonces.

Y por último el programa Aukerak Suspertzen. Este programa se puso en marcha en pleno confinamiento como refuerzo educativo extraescolar para el alumnado que se ha visto afectado por la brecha digital. En este caso, casi 1.000 familias, un tercio de ellas, monomarentales, pudieron ser atendidas. Oscar Granado ha señalado que atendieron a1.200 niños “para facilitarles su incorporación al entorno digital en un año que esto ha sido una pieza clave de integración y comunicación”