La asociación Daño Cerebral Araba, que suma una trayectoria de tres décadas acompañando a las personas afectadas y sus familias, toma el relevo del colectivo CaMinus como ganadora del premio +Voz, un “orgullo” para esta referencia del tercer sector social gasteiztarra.
La asociación Daño Cerebral Araba recibirá esta tarde el segundo premio +Voz de DIARIO DE NOTICIAS DE ÁLAVA tomando el relevo al colectivo CaMinus. Un reconocimiento más que merecido a una trayectoria de 30 años de apoyo interdisciplinar tanto a las personas afectadas como a sus familias, un camino “bonito, largo y duro a veces” según su trabajadora social Sandra Ibarrondo, recorrido desde distintos puntos de Vitoria, donde es una de las grandes referencias del tercer sector social.
La asociación tiene en la actualidad su casa en el barrio de Lakua tras haber pasado anteriormente por la calle Portal de Castilla, junto a Cruz Roja, y también la Federación de Asociaciones de Vicente Abreu.
Tres décadas dan para mucho y hasta de nombre ha cambiado el colectivo, históricamente llamado Atece: la Asociación de traumatismoencéfalo-craneal y daño cerebral adquirido. El motivo no es otro que ajustarse a un nuevo día a día marcado por los ahora predominantes ictus, situados ya muy por encima de los accidentes de tráfico o los tumores cerebrales como principales causas de esta afección.
Algunos datos. A día de hoy, entre 90 y 100 personas acuden a las instalaciones de Atece de forma regular a realizar algún tipo de actividad. Además, alrededor de 230 familias están bajo el paraguas del colectivo, que cuenta con algo más de 380 personas socias y colaboradoras.
Daño Cerebral Araba ofrece servicios de fisioterapia, logopedia, terapia ocupacional o psicología y cuenta en su estructura con trabajadoras sociales, entre otros colectivos. Presta, en definitiva, un apoyo “integral, porque así se requiere”, según la propia Ibarrondo. “Cada daño cerebral es diferente, pero requiere de un abordaje interdisciplinar y de un trabajo conjunto y global, poniendo a la persona en el centro”, apostilla.
“Orgullo” es lo que ha sentido Inés García, integrante de la Junta directiva de la asociación –de la que forman parte personas afectadas y familiares–, al ser cuestionada por sus sentimientos al saberse ganadora del premio. “Tenemos unas profesionales que son maravillosas. Son muy buenas profesionales y luchan mucho”, se emociona.
“Esto es un trabajo conjunto del equipo profesional, de las familias… es una labor bonita, porque es acompañada de las familias siempre. Es un conjunto”, remarca una vez más Ibarrondo, quien cree que uno de los principales objetivos de la asociación cuando se constituyó allá por 1994 ya se ha cumplido. “Lo que la persona que puso esto en marcha necesitaba era ser escuchada. Porque pasaban por algo que, por ignorancia o por lo que fuera, nadie entendía. Ya el hecho de sentirse escuchadas fue muy importante”, remarca la trabajadora social.
A día de hoy, que las personas afectadas cuenten con un servicio público y multidisciplinar de rehabilitación sigue siendo la principal demanda de Daño Cerebral Araba. “Se reconoce el trabajo de la asociación, pero sigue faltando ese recurso público y universal para todas las familias”, apunta por su parte María Ortiz, también trabajadora social del colectivo. “Que todo el mundo sepa que estamos aquí para apoyar, para acompañar, y para que nos sigan escuchando”, apostilla. “Se ha avanzado mucho, pero también queda mucho por hacer a nivel público”, apunta por su parte Ibarrondo. Sin embargo, este es también “un momento de agradecer todo el apoyo que nos han dado”.